Era Lunes a la mañana y me vestía para y a la empresa de nuevo. Mi primer día nuevamente después de varios años.
Preparé el desayuno para todos, desperté a Nano y a Julián y cuándo estábamos por sentarnos a la mesa tocó el timbre la nueva niñera de Valen.
- Pasa, pasa - dijo Julián mientras abría la puerta - te estábamos esperando.
Carla, era la hermana de una amiga mía de la infancia, y nos teníamos muchísima confianza.
- ¡Carli! Tanto tiempo - dije mientras la abrazaba - te extrañé.
- Hay, yo tamibén no sabes cuanto - me respondió con afecto correspondiendo mi abrazo.
- ¿Estás lista para arrancar?
Por el rabillo del ojo vi que Julián iba a la habitación a terminar de prepararse.
- Super lista, ¿dónde está el principito?
- Lo tengo que ir a despertar, ahora vuelvo.
Entré en la habitación de Valen y para mi sorpresa ya estaba levantado pero acostado en la cama...
- Hola mi amor...
-Hola ma...
-¿Dormiste lindo?
- Maso, soñé medio feo...
-¿Sí? ¿Qué soñaste?
-Con arañas grandes y feas...
-Bueno, pero fue un sueño mi amor, ya pasó...
-Sí, ya no tengo más miedo porque estás acá conmigo...
Le dí un dulce beso en la frente y lueo le pregunte.
-¿Vamos? tengo que presentarte a alguien.
-Sí mami...
Valentino y Carla pegaron buena onda enseguida, y luego de despedirse, se quedaron junto con Nano.
-
Eran ñas 8:30 de la mañana y no podía estar más concentrada en el el trabajo. Después de la noche que habíamos tenido con Marcos, no sabía como había hecho para levantarme tan temprano. Pero ahí estaba, despierta y con todas las pilas puestas en el laburo.
Alguien golpeaba la puerta así que lo hice pasar.
- Permiso Vicky - dijo Gisela entrando a la oficina.
- Hola linda, bienvenida a tu primer día de trabajo - dije mientras le iba a dar un abrazo
- ¡Gracias Vicky! ¿Cómo estás?
- Bien, bien, sentate
Las dos nos sentamos y por el interno le pedí dos cafés a mi secretaria, no solo teníamos que discutir temas de trabajo, sino que además nos quedamos hablando de cosas de la vida.
Tengo que admitir, que las primeras veces que la vi como mi "concuñada" fue difícil, de mano derecha de Montalván a esposa del mejor amigo de mi esposo.
La relación no se mejoró de un día para el otro, pero ahora ya somos todos una misma familia.
Después de que Gisela se fue a empezar con su trabajo, era media mañana, supuse que Marcos ya estaba levantado y los nenes también, así que los llame para ver cómo iban las cosas.
*Comunicación teléfonica*
- ¿Hola?
- Hola mi amor, ¿cómo están?
- Hola linda, todo bien por acá, allá ¿cómo están las cosas?
- Bárbaro, Gisela se fue hace un ratito de mi oficina para empezar con su primer día de trabajo y la verdad es que las dos estamos muy contentas.
- Me alegro tanto, por las dos...
- ¿Fuiste a buscar a los nenes?
- No, mamá me llamó diciendo que los iba a llevar ella al colegio y que los pasaba a buscar
- No quiero parecer mala, pero ¿no la molestan a tu mamá?
- La verdad es que yo también me pregunto lo mismo a veces, pero ella los adora...
- De eso no me cabe la menor duda - interrumpió Victoria
- ... y aparte ellos aman estar con ella. Por mí está todo bien ¿a vos te jode?
- No para nada mi amor... Una pregunta
- Si, decime
- ¿Lo vas a llamar a Lucho?
- Hoy a la tarde lo quería llamar, pero me gustaría que estés conmigo, ¿salís tarde?
- A las cuatro me tomo un descancito y me voy a verte, después vuelvo si me quedó algo pendiente muy importante, sino me quedo y después vamos a buscar a los nenes y los llevamos la plaza ¿te parece?
- Me encanta la idea hermosa - percibí una sonrisa del otro lado del teléfono
- Amo cuando me sonreís a través del teléfono...
- ¿Cómo sabes que me sonreí?
- Pasa que las mujeres saben todo de sus maridos...
- Sí, sí, seguro... - me contestó sarcásatico.
- ¿Nos vemos esta tarde entonces?
- Sí, te espero con unos mates...
- Me parece genial. Te amo.
- Yo también, nos vemos esta tarde...
*Fin de la comunicación*
Corté con Marcos y seguí con el trabajo por un par de horas...
Eran más o menos las dos cuando llamé por el interno a Alsides, ahora era el jefe de planta y tenía su propia oficina, quién iba a decirlo ¿no?
Toco la puerta, como siempre, y lo hice pasar.
- Buenos días Victoria.
- Deja de hacerte el formal Alsides, vení y sentante - él se sentó - te quería preguntar cómo iban las cosas en la fábrica, hace mucho que no hablamos de eso...
- Las cosas van bien, los empleados no tienen quejas, menos de la dirección - contestó guiñándome un ojo - la gente nueva se va integrando bien, bah, la mayoría.
- ¿Por qué decís la mayoría?
- Pasa Victoria, que hay un chico, de los nuevos, vio, Sergio creo que se llama, y no hace muy bien su trabajo, ojo, es un buen pibe, pero la verdad un queso.
- ¿En que sector está?
- Empezó de abajo, ordena las cajas en los camiones.
- Bueno, cambialo de sector, ponelo en mantenimiento, no sé, pero uno: no lo dejes sin laburo, y dos: que sirva para algo, buscale una utilidad hablá con él a ver en qué es bueno y a partir de ahí acomodalo.
- Comprendido, hago eso ya mismo. ¿Quiere que le traiga una muestra de la producción de hoy?
- Hay, sí, me encantaría, ¿es mucho pedir que me la des antes de las cuatro y preparada para una presentación?
- No, para nada, ahora les pido a los chicos de planta que me la preparen -dijo mientras se levantó.
- Gracias.
-No hay de qué.
Alsides se fue y cotinue con mi trabajo.
-
Isabel tomaba mates con Pepe y Elena en su casa mientras veían cómo sus nietos jugaban por distintas partes de patio. Zoe leía un libro tranquila apoyada contra una pared, mientras que Gonzalo armaba edificios gigantes con sus legos.
- Es tan hermosos verlos crecer - dijo Pepe mirándolos.
- Pensar que hace unos años eran unos bebes... - le contestó Isabel nostálgica.
- Ojalá lleguemos a verlos grandes y...
- ¡Pero por favor Elena! Dejá de ser así de pesimista - la interrupió Isabel.
- Bueno, pero hay que admitir que ya estamos grandes...
- Yo todavía no me pienso morir...
- No, yo tampoco, pero viste, nosotras no elegimos.
-
Miré el reloj: 15:45.
Puse la pava, Victoria no tardaría en llegar. Preparé el mate tranquilo y me senté a esperarla.
- Hola mi amor, llegué - dijo mientras abría la puerta y pasaba.
- Hola preciosa - la saludé con un tono tierno - ya te estaba extrañando.
- Yo también - se acercó para darme un beso el que respondí con ganas - mira lo que traje - levantó una bolsa de color lila pastel - chocolatitos recién salidos de planta.
- Pero yo te quería comer a vos, no a los chocolatitos...
- ¡Marcos!
- ¿Que pasa? Yo solo digo la verdad.
- Bueno, pero ahora hay chocolates nada más.
- Pucha - le contesté haciendo pucherito.
- ¿Queres? - dijo extendiéndome un bombón desde el otro lado de la mesa.
- Dame, - le respondí abriendo la boca
- ¡Ahí va el avioncito! - dijo describiendo círculos con el bombón antes de ponerlo en mi boca.
- Qué tonta que sos a veces - me miró con reproche - pero te amo así.
- Yo también, igual muchas veces tengo unas ganas de matarte...
- Igual tranqui, vos no te quedas atrás.
- Raro que no me pelees vos eh.
- Viste...
Después de unos minutos de silencio volví a hablar
- ¿Llamo a Lucho?
- Dale.
Bueno, la cosa es así, no subí hasta hoy por una sola razón, siento que no me lee nadie.
Dejé mi Twitter y mi Ask para que me dejen sus comentarios y nada, y la verdad es frustrante escribir para nadie.
No me dan ganas de escribirles así que lo más probable es que si me sigo sintiendo así no suba más o suba cuándo tenga ganas...
Espero que les haya gustado el cap.
-Sofi.